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"Vivir sin leer es peligroso, porque obliga a conformarse con la vida"
Michel Houellebecq




miércoles, 12 de diciembre de 2018

EL HOMBRE DE LA DINAMITA

Recién traducido al español por Carmen Montes, este libro tiene un imán, es de Mankell. Y los libros de Henning Mankell me guiñan el ojo desde la mesa de novedades de la librería, aunque no los protagonice Kurt Wallander. Además, la foto de la portada, perdón, cubierta,  ye un mineru. Vamos mal, "parece" un mineru. Y la dinamita. Así que una cosa lleva a la otra y a que hay que leer el libro. Podría hacer como todos los reseñadores que en el mundo han sido y copiar hasta la saciedad los elogios de contraportadas y suplementos culturales, pero esto es una mínima valoración personal y no necesita erudiciones, creo, así que me fijaré solo en lo que me pareció a mí.



 El autor dice en el prólogo de la edición de 1997, que es la que se traduce al español,  que, veinticinco años después de cocinar el libro (1972)  han cambiado muchas cosas en el mundo,  pero que "los pobres y los desvalidos del mundo se han vuelto más pobres", y que Suecia "ha pasado de un intento decente de construir una sociedad a un saqueo social." Ya está, con ese punto de partida el libro sigue subiendo en atractivo. Devoro las doscientas y pico páginas y termino con la sensación de haber aprovechado mi tiempo: la lectura no defrauda, cumple todas las expectativas puestas en ella.
Oskar Johansson no es un minero, es un dinamitero que vuela túneles para el ferrocarril. Prepara la carga pero no explota y es él quien, como responsable de ella, debe comprobar por qué. Se acerca on cautela al barreno, empieza a sacar la mecha y...
Y ahora sí voy a la cubierta del libro: "Suecia, 1911. Los periódicos locales dan brevemente la noticia de que Oskar Johansson, dinamitero de veintitrés años, ha muerto a consecuencia de un trágico accidente producido durante la voladura de un túnel. La nota nunca se desmintió, pero Oskar Johansson sobrevivió, aunque gravemente herido y con secuelas atroces; es más, se casó, siguió trabajando hasta su jubilación, y no murió hasta 1969."
Diferentes puntos de vista, diferentes momentos temporales, diálogos breves, rápidos, sentenciosos, pero no cortantes; personajes, los justos y descritos en dos pinceladas. Y ese Oskar tremendamente dañado físicamente y tan entero y lúcido; al menos, a me lo parece. Por ejemplo: "Luego se sienta delante del televisor y ve un programa para los colegios. Física, nivel de instituto. Presta muchísima atención. Asiente cuando comprende. Para él, nada es demasiado tarde todavía. Él sigue en la brecha, Oskar Johansson, a pesar de que pronto cumplirá ochenta años." (La negrita es cosa mía)
Tenía mis recelos, porque es una obra primeriza, pero me gustó mucho, me pareció muy buena. ¿Consigo convencer a alguien?

Henning Mankell. El hombre de la dinamita. Tusquets, Barcelona, 2018


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