martes, 6 de octubre de 2020

#poesíasiempre/36

 ANTONIO MACHADO


Á Juan R. Jiménez

Por su libro «Arias Tristes»


  Era una noche del mes

de Mayo, azul y serena,

sobre el agudo ciprés

brillaba la luna llena,


   iluminando la fuente

en donde el agua surtía,

sollozando intermitente.

Solo la fuente se oía.


   Después se escuchó el acento

de un oculto ruiseñor.

Quebró una racha de viento

la curva del surtidor.


   Y una dulce melodía

vagó por todo el jardín:

entre los mirtos tañía

un músico su violín.


   Era un acorde lamento

de juventud y de amor

para la luna y el viento,

el agua y el ruiseñor.


   «El jardín tiene una fuente

y la fuente una quimera...».

Cantaba una voz doliente,

alma de la primavera.


   Calló la voz y el violín

apagó su melodía.

Quedó la melancolía

vagando por el jardín.

Solo la fuente se oía.

Jardines de La Granja. Segovia


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