miércoles, 13 de mayo de 2020

Desasosiego y educación


           No es fácil leer en tiempos difíciles. Es cierto que la lectura tiene, entre otras, una función curativa (no voy a escribir sanadora ni terapéutica, no) importante. Y es cierto que es embaucadora y te arrastra a tu pesar (tampoco voy a decir nada de aquella famosa Sherezade) Pero estos dos meses son difíciles, duros, asombrosos, mi caja de adjetivos se me queda escasa, la pobre. Pero tengo una amiga que, sin saber quién es Pessoa, me enseñó hace tiempo el significado preciso de la palabra desasosiego. Y desasosiego explica de manera precisa, mejor que ningún adjetivo la sensación que me acompaña durante este tiempo. El desasosiego viene a ser un come come que te hace vivir a saltos. A saltos dentro de la quietud. ¿Cómo concentrarse en la lectura cuando el ánimo parece un saltimbanqui? ¿Como asentarse en la lectura con ese come come? Buscas entre esos libros que tienes en espera y que compraste con entusiasmo, pero el entusiasmo debe de estar confinado porque no aparece para ayudarte a elegir. O, espera, sí, aquí debajo hay algo. A ver si va a ser una joya.

            Lleva tiempo esperando su hora desde que conociste a su autora, Caitlin Moran, en ese estupendo programa de libros de La 2, Página dos o Paginados, que nunca me fijo en la grafía del juego de palabras. Ese día presentaba Cómo se hace una chica y, al hablar de su trayectoria, también elogiaron Cómo ser mujer, un libro ya talludito, de 2011 que tardó unos años en llegar aquí. ¿Cómo puede ser que no lo conozcas?

              Hace años, en 1990, Carmen Rico Godoy, estupenda periodista y escritora (tampoco voy a escribir "de raza" aunque fuera hija de la también estupenda periodista y escritora Josefina Carabias) publicó un libro de título similar, Cómo ser una mujer y no morir en el intento.  Con la ironía y el sarcasmo que tan bien manejaba hizo un buen retrato de la condición de las mujeres en los años de la transición, tan bueno que llegó al cine. ¿Será esta Caitlin Moran de la misma escuela?




           Me atrevo a decir que sí, con todas las salvedades que sean necesarias. Y con todas las diferencias entre ambas autoras y ambos libros. Pero el fondo, la condición de las mujeres, está ahí. Ya, ya oigo eso de que ya está esta pesada. Me temo que lo de ser pesada va para largo y lo de no bajar la guardia también. Y como recordatorio y ayuda este libro no tiene precio, está lleno de virtudes. Solo citaré algunas, que para elogios y valoraciones entusiastas ya está la contraportada: "libro de memorias y divertida vociferación", "provocativas observaciones sobre la vida de las mujeres", "deconstruye y arroja al fuego la imagen políticamente correcta de la mujer del siglo XXI", no harán falta más citas.

            Hay dos notas, entre tanto elogio, que me parecen muy ajustadas. Una de la revista Woman (vade retro, una revista frívola para modernas y burguesas): "redefine el feminismo del sigloXXI con absoluta franqueza". Eso es: franqueza. Y otra de la escritora y crítica Marta Sanz: "Contradice lugares comunes del feminismo sin dejar de ser feminista. Desternillante." Contradicciones y humor.
Franqueza, contradicción, humor. Ese es mi resumen. Y una cosa más. Está en los agradecimientos y es "lo que es el feminismo" o lo que debería ser:
             "Ser todo el mundo educado con todo el mundo".

              Novela, vida, ensayo, ficción, no ficción. Qué más da. Lectura excelente con el come come de la situación y el come come que suscita en las cabezas pensantes. Y sí, desternillante.





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