MUJERES A LA ORILLA DEL MAR
Sus cabellos confundidos con los cabellos
del viento, tienen el cuerpo feliz de ser tan suyo y
tan denso en plena libertad.
Lanzan los brazos lejos de la playa y la blancura
de sus pulsos penetra en las espumas.
Pasan aves de alas puntiagudas y la curva de sus
ojos prolonga el interminable rastro en el cielo blanco.
Con la boca pegada al horizonte aspiran largamente
la virginidad de un mundo que nació.
La punta de sus dedos toca la cima de
delicia y vértigo donde el aire comienza y termina.
Y en sus hombros se posa un alga,
feliz de ser tan verde.
Dulce Pontes. Cançao do mar
¿Qué es la playa? Creo recordar vagamente...
ResponderEliminarPlaya, playa, ... ¡no caigo!
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