¡Cuán tierna la estación,
sólo nido de tránsito,
abre un vuelo de trenes
hacia el aire lejano!
Ya la mano conduce
al vagón resonante,
la ternura, los sueños:
su lírico equipaje.
La rosa de los vientos
en el andén levanta
un perfume de olas
y de tierras intactas.
Cuando vaya el paisaje
por las vías del tiempo,
¡qué lejos quedarán
el adiós, el pañuelo!
¿Y la quietud no quiere
seguir la nueva estrella?
Dos anhelos cruzados
en el cristal se besan.
Joan Manuel Serrat- Penélope
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