La hija del ventero
«La hija callaba, y de cuando
en cuando se sonreía»
Cervantes, Quijote.
«La hija callaba
y se sonreía...»
Divino silencio,
preciosa sonrisa,
¿por qué estáis presentes
en la mente mía?
La venta está sola.
Maritornes guiña
los ojos, durmiéndose.
la ventera hila.
Su mercé el ventero,
en la puerta, atisba
si alguien llega... El viento
barre la campiña.
...Al rincón de fuego,
sentada, la hija
-soñando en los libros
de Caballerías-,
con sus ojos garzos
ve morir el día
tras el horizonte...
Parda y desabrida,
La Mancha se hunde
en la noche fría.
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