Acaba de morir José Saramago, escritor portugués que residía desde hace algunos años en España, en Lanzarote, y que cuenta entre sus premios con el Nobel, como ya sabéis. Los medios de comunicación han ofrecido abundante información sobre su vida y su obra, así que no vamos a decir aquí nada nuevo. Pero sí podemos recordar algo muy importante de su vida: el compromiso con los más desfavorecidos y con la mejora de las condiciones de vida de las personas, que incluía la preocupación por la conservación del planeta. También podemos recordar que Saramago era un iberista convencido, que apostaba por el entendimiento entre España y Portugal y rechazaba el desconocimiento mutuo y la indiferencia que han caracterizado las relaciones entre los dos países, tanto las oficiales como las de la gente de la calle. A este propósito me gustaría sugerir la lectura de su novela "La balsa de piedra" , que trata de una península, la Ibérica, que se desprende de Europa a causa de una grieta que se origina en los Pirineos y navega a la deriva como si fuera una gigantesca balsa.
Es verdad que no es un novelista fácil, pero el esfuerzo merece la pena.Y, como no es obligatorio que nos guste, siempre podemos abandonar después de varias decenas de páginas. Si os animáis, podéis probar también con "Memorial del convento"
No hay comentarios:
Publicar un comentario