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"Vivir sin leer es peligroso, porque obliga a conformarse con la vida"
Michel Houellebecq




lunes, 7 de enero de 2019

EL ÚLTIMO CORTEJO

Solo ciento cuarenta y ocho páginas y dos tardes de gloriosa lectura. Dos, porque no es cosa de darse un atracón y porque el señor Laurent Gaudé escribe muy conciso y hay que concentrarse en lo que dice y en lo que omite para que el lector cumpla con su parte del acuerdo básico de la lectura: el autor llega hasta donde cree conveniente y el lector completa y hace suyo lo escrito hasta donde le parece oprtuno. Y hay una razón más, que los golosos conocemos muy bien, los platos exquisitos hay que saborearlos con calma y alargar su disfrute todo lo que se pueda; hasta Barbra Streisand lo sabe, que ya lo practicaba en El amor tiene dos caras.




El último cortejo es el de Alejandro Magno y los hechos históricos documentados encuadran la novela; los generales que se reparten el imperio tienen nombre propio, son de sobra conocidos por los aficionados a la historia, muy fáciles de buscar para los demás; los lugares y las costumbres, el asombro de los contemporáneos ante las gestas del gran hombre, todo está en la novela dicho o aludido. Los personajes de ficción, atractivos en su brevedad y en su papel. La leyenda del gran hombre. Sus enemigos, esos enemigos de los grandes hombres, de los que se nos ha enseñado que respetaban y honraban al adversario. Y Dripetis.

Dripetis, hija de Darío. Es un personaje histórico, pero poco conocido, y su función en la novela me parece muy poética; es la interlocutora de la voz de Alejandro, es testigo de la destrucción del orden del mundo que le tocó vivir, es testimonio de vida de mujer, privilegiada como hija de rey, pero mujer, moneda de cambio y negociación en las batallas diplomáticas; es, por lo que representa, garantía de cierta calma entre los sucesores de Alejandro; es testigo incómodo para esos mismos sucesores, que se pelean por los despojos del imperio:
"Cae un sol abrasador. A veces, una mujer se desmaya. Los soldados de la guardia fúnebre la recogen y la llevan atrás. Le dan de beber y ella se reincorpora a su puesto. "Qué extraña vida-piensa Dripetis-. Quizá vine al mundo solo para llorar." Plañidera de su padre primero, luego de Hefestión y Alejandro. Plañidera de un mundo aniquilado."
Dripetis sabe quién es, a pesar de ese quizá. Conoce su papel, sabe que lo que está escrito se cumplirá, pero no renuncia a entorpecer los trazos del destino librando a su hijo de pertenecer al Imperio y a la Historia. Un personaje fascinante. Qué poco me gusta esta palabra, qué vacía, qué moderna, pero qué exacta. Dripetis fascina, arrastra al lector. Fascinar: "atraer irresistiblemente."
Pues eso. Una novela fascinante.

Laurent Gaudé. El último cortejo. Salamandra. Barcelona, 2013












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