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"Vivir sin leer es peligroso, porque obliga a conformarse con la vida"
Michel Houellebecq




viernes, 4 de septiembre de 2020

#poesíasiempre/4




Mi juventud

No te he perdido. Te has quedado
en el fondo de mi ser. Eres tú, pero otra eres:
sin fronda ni flor, sin la risa brillante
que tenías en el tiempo que no vuelve,
sin aquel canto. Otra eres, más bella.
Amas, y no esperas ser amada: ante
cada flor que se abre o fruto que madura,
o párvulo que nace, al Dios de los campos
y de las estirpes das gracias de corazón.
Año tras año, dentro de ti, fuiste cambiando
rostro y sustancia. Cada dolor más firme
te hizo: a cada huella del paso
del tiempo, tu linfa oculta y verde
opusiste, como remedio. Ahora miras la luz
que no engaña; en su espejo contemplas
la vida perdurable. Y permaneces
como una edad sin nombre: humana
entre las humanas miserias, pero viviendo
solo de Dios y solo en Dios feliz.

Oh juventud sin tiempo, oh siempre
renovada esperanza, yo te confío
a los que vendrán, para que en la tierra
vuelva a florecer la primavera, y en el cielo
nazcan las estrellas cuando se oculte el sol.



El desconocido

El desconocido que pasa
y te encuentra todavía digna
de una fugitiva palabra de deseo,
acaso porque en la sombra de la noche tan dulce de mayo
todavía brillan tus ojos,
todavía tiene veinte años la ligera figura deslizante,
no sabe que fuiste
amada por aquel que amaste,
amada en plena y soberbia
delicia de amor,
y en ti no hay mínimo rincón de la carne
o átomo del alma
que no tenga una marca de amor.
No sabe que viviste solo
para amar a aquel que amaba,
y ni aunque quisieras
podrían arrancar de ti
esa vestidura por el amor tejida.
Él, ignorante,
en ti ya no bella, en ti ya no joven.
saluda la gracia del dios:
respira, al pasar,
en ti ya marchita, en ti abandonada,
el aroma precioso del dios.


Matt Monro. Qué tiempo tan feliz



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