ALICIA LLARENA
(Mogán, Gran Canaria, 1964)
El arte de las flores secas
I
Quién dijo que todo está perdido.
Aún podemos deshojar
la minúscula selva del afecto,
arrancarle sus pétalos
y dejarlos morir,
para que el tiempo los redima
con su pátina.
II
Será preciso esperar a la caída de la tarde:
a esas horas las flores se despojan
de su fuerza, y la savia es apenas
una débil señal entre sus tallos.
Así podremos arrancarlas de raíz
y sacudirle los últimos vestigios de la tierra
sin que opongan resistencia.
III
Luego basta extenderlas con destreza
sobre la fina superficie de un cristal,
y con la misma maestría
aplicar el barniz que acentúe su prestancia,
y escoger la madera que enmarque para siempre
la reunión perturbada de emociones marchitas.
IV
Es el arte de tratar un desenlace
con el mayor refinamiento.
(De El arte de las flores secas, 2009)
Thalía - Flores secas en la piel
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