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"Vivir sin leer es peligroso, porque obliga a conformarse con la vida"
Michel Houellebecq




lunes, 25 de octubre de 2021

NOSOTROS, LOS RIVERO



Dolores Medio, Premio "Nadal" 1952. Esta fotografía de Dolores Medio fue obtenida, en la mañana de ayer, en la misma habitación modesta de su casa de Madrid, donde la noche del Premio un redactor de ABC le comunicó la noticia
(Texto y foto del archivo de ABC)


Tiempos oscuros. Te toca vivir tiempos oscuros, además de nacer mujer. O, quizá, en una vida de 85 años hay épocas más oscuras que otras y la memoria se empeña en que su recuerdo esté más presente. Naces en una familia con posibles que se va a la ruina. Empiezas a trabajar casi en la niñez al tiempo que estudias Magisterio y ejerces, como se decía antes, como maestra rural. Se te ocurre la brillante idea de pensar por ti misma, tener ideas políticas, tener ideas. Pasas por la cárcel. Escribes. Eres una maestra entusiasta a quien la Comisión Depuradora del Magisterio aparta en ocasiones de su escuela. Escribes. Tu novio, con quien compartías ideas y sueños de libertad y progreso, se casa con una mujer libre de sospechas y arropada por dinero.

Y escribes. Entre penurias y desilusiones, escribes. El premio Concha Espina te facilita un contrato para trabajar en una revista, en Madrid, y cambias las penurias de la oscura vida de posguerra en provincias por las penurias de la oscura vida de posguerra en Madrid. Trabajas en la revista, estudias Pedagogía y Periodismo. Y escribes. Escribes Nosotros, Los Rivero.

Y descubres que no terminan las dificultades, te falta la pelea con la censura. Vergüenza ajena es lo que se siente al leer el informe del primero de los censores que condenaron la obra a ser expurgada: ¿cómo se te ocurre que la novela “simpatice” con la república, que uno de los personajes “hable de manera cínica y desvergonzada”, que la protagonista muestre un misticismo “irreverente y desagradable”, por poner algún ejemplo? 

Y pena, una pena muy grande, al leer la carta que envías al organismo censor solicitando la publicación de la novela. No es de extrañar que nunca quisieras hablar de esto. 

Y, en 1952, tu novela gana el Premio Nadal. Sí, el que había inaugurado Carmen Laforet en 1944. Podrás empezar a publicar todo lo que llevas escrito, seguir escribiendo en la prensa, aunque ya puedes dejar el consultorio sentimental. Y seguir escribiendo.

Desde que la censura recortó la novela, en 1952, hasta que en noviembre de 2017 se publica por primera vez la edición completa corrió mucha agua debajo de los puentes, como muchas fueron las personas que leyeron, que leímos, una obra mutilada. Porque Nosotros, los Rivero fue un éxito y conoció muchas ediciones, siempre censuradas, eso sí.

Hasta que La Fundación Dolores Medio y la editora Ángeles Caso rescataron el manuscrito original y lo publicaron íntegro, con las partes censuradas convenientemente señaladas y un epílogo donde se explica el calvario sufrido por la novela y la autora, con reproducciones del expediente de la censura, que se conserva en el Archivo General de la Administración de Alcalá de Henares. 



No tengo el ejemplar viejo, me alimentaba mucho de préstamos, que no tenía parné, pero tengo la nueva edición de Libros de la Letra Azul y la Fundación Dolores Medio. Preciosa. Íntegra. Con marcas tipográficas que señalan las partes censuradas. Con la introducción de Ángeles Caso que presenta y explica. Con reproducciones del expediente de censura. Y con unas magníficas ilustraciones de Rebeca Martínez.

Y sigue siendo una buena novela. Una novela de “notable mérito literario” en cínicas palabras del segundo censor. Es una suerte poder leerte, al fin, como tú querías que se te leyera.

Y es tarde para reparar la injusticia: ¿quién debería pedirte perdón, Dolores Medio?


Dolores Medio- Nosotros, los Rivero. Libros de la letra Azul, 2017



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