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"Vivir sin leer es peligroso, porque obliga a conformarse con la vida"
Michel Houellebecq




martes, 28 de febrero de 2023

LOS GÉNEROS EN LA CÁMARA, POR EL CALOR

    Cuando llegué a Madrid, antes del cambio climático, claro, a donde primero me llevaron fue a los bares. Sí, después al Museo del Prado, pero, primero, a los bares. Cerveza de barril, tapas de calamares y sangrecilla, suelos asquerosos. Y un cartel bien visible, “los géneros en la cámara, por el calor”. Ah, es verdad, en la barra, las vitrinas estaban vacías, que el verano madrileño es inclemente. De hecho, si veías un pincho de tortilla debajo de aquel cristal o a la intemperie ni se te ocurría pedirlo, a saber qué bacterias alojaría. Ahora a ningún hostelero, ni, por supuesto, a ningún chef, se le ocurre hablar de “géneros”, qué antigualla. Ellos trabajan con “materia prima”, como Ensidesa, o con “el producto”. Y la base de sus éxitos,  sus estrellas, de sus soles, es “tratar bien el producto”, “mimarlo”.

    Escritores, periodistas, traductores. Su materia prima, su “producto” es la lengua. Lengua, producto, que ellos van a manejar con la libertad que les otorga su estilo y a la que van a dar lustre y expresividad con su uso personal. Lengua, producto, que es dúctil, flexible, adaptable, pero que tiene unas reglas intrínsecas, una gramática, que hay que respetar. Cierto es que no se oye a ningún maestro de la escritura hablar de “respetar el producto”, quizá porque ese respeto, como el valor al soldado, “se le supone”. Y, sin embargo.

    Sin embargo, las patadas a la gramática son muy frecuentes. Desde el ensayo  enjundioso hasta el más ruin folleto publicitario, dan ganas de encomendarse a santa Conjugación verbal o a san Uso correcto de las preposiciones. Y luego está el tan socorrido recurso de culpar a santa Errata.

    Hace poco compré un libro. Empecé a leerlo de vuelta a casa, en el autobús. Y allí mismo, en el bus, me empezó a hervir la sangre gramatical. Esto es un surtido de ejemplos de lo que leí:

“lo vi correr hacia vos y se tiró encima vuestro”, pág.19

“Romy Schneider […] se ajustó aquella maldita peluca […] A su lado le esperaba una nueva peluca”, pág.21

“habían querido invadir Baviera y algunas veces lo consiguieron”, pág.32

“por lo que intentó modernizar su reino acorde con la nueva filosofía”, pág.33

un coiffure”, este coiffure”, pág.108

Habían pasado años desde que se enamoró de ella”, pág.112

“Va a necesitar una persona con experiencia en su primer debut”, pág.113

Estaba deleitada por las atenciones de Franz”, pág. 115

“un sinfín de eventos oficiales”, pág.128

“algunos monarcas se negaron en rotundo”, pág. 135

“el tratamiento de Monsieur et cher amie, señor y muy amigo”, pág. 135

“Sofía le presentó a las féminas […] Franz luego la introdujo a los varones”, pág.143

“los lacayos habían chivado que…”, pág.151

“un gesto bienintencionado que a ella, sin embargo, la hundió en la miseria”, pág. 157

“Extraño la rivera del Isar”, pág.160

“la cena no duraba más de una hora, básicamente porque el emperador […]”, pág.173

“Los sketches de William Simpson”, pág.180

“Sissi, en cambio, fue claramente marginada. Nadie se preocupó por informarle de lo que estaba pasando”, pág. 181

“Sissi tampoco daba crédito”, pág.182

“congregación luterana de Attersee, el pastor de la cual, Herr Schlieker, le comunicó…”, pág. 183

“un frío inusitado incluso para los parámetros rusos”, pág.185

“existían mujeres, como madame de Mohl, que estaban rompiendo todos los esquemas en París”, pág. 189

“Y repitió después el mantra que Sissi odiaba”, pág.193

“Sissi demostró un desafío inaudito”, pág.194

“cuando la emperatriz paseaba por el Prater como la archiduquesa le seguía obligando a hacer”, pág.195

“un verdadero liberal para los estándares de la corte rusa”, pág. 198

“La pareja tomó un tren […] y llegaron rápidamente”, pág.200

“presencia mayestática imponente”, pág.200

“Supo que la emperatriz de los franceses era un poco mayor que ella (Eugenia nació en Granada, en 1826)”, pág.201

“prorrumpieron a aplausos”, pág. 208

“belleza descomunal”, 210

“solo estaba atraído por ella a nivel sexual”, pág. 211

“un negligé de batista y encaje”, pág.212

“trató de hablar con su madre para flexibilizar su postura”, pág. 213

“El funeral fue en la iglesia de los Capuchinos”, pág.229

“es un gran palo para la población de Viena”, pág. 253

“intentó escaquearse del duque”, pág. 288

“es mucho más exitosa y bonita”, pág. 322

“Lo condenaron a la muerte”, pág. 367

“¡Cómo osa la emperatriz gastarse semejante dispendio de dinero […]”, pág. 394

“era vox populi que tenían una relación”, pág. 396

“Y toma un juramento […] que no podrá más deshacer”, pág. 420


    Sí, son muchos ejemplos, pero no están todos, en parte porque no siempre tenía el lapicero a mano y en parte porque ya me sentía como corrigiendo tareas escolares cansinas.

    Terminé el libro porque me gusta criticar con conocimiento de causa. Y mis conclusiones se resumen así:

    ¿Los autores no tienen a ninguna persona de su confianza que los ayude a corregir el manuscrito?

    ¿Las editoriales no tienen correctores en plantilla?

    ¿Qué me habrían dicho en la librería si hubiera ido a devolver el libro aduciendo “defectos gramaticales”? Además de reírse a mis espaldas y ponerme en la lista de viejas clientas excéntricas, claro.

    Del contenido ya, si eso, hablamos otro día.


Sissi. La verdadera historia de Elisabeth, emperatriz de Austria y reina de Hungría.

Ana Polo Alonso

La esfera de los libros, 2022


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