“Y yo, ¿cómo me voy?
Afuera no alumbra la luna llena y hay frío y lluvia invernales.” Así se despide
Javier Reverte de su otoño romano, recordando la noche de luna llena en que
otro viajero, Ovidio, tuvo que dejar la ciudad que amaba para partir a su
destierro rumano de Constanza.
Y yo ¿cómo me voy? ¿ cómo
termino la lectura de este libro que me permitió acompañar al autor por una
ciudad amada? Con nostalgia, con melancolía y con la esperanza de que la moneda
arrojada a la fontana de Trevi me compre el billete de vuelta a Roma. Mientras
eso sucede, es un placer acompañar a Javier Reverte en sus paseos romanos y
reconocer lugares y emociones vividas, aunque no en otoño, sino en un inclemente
agosto.
El autor vive temporalmente en la Real Academia de España en Roma mientras escribe su libro y recorre la ciudad siguiendo tanto sus propios
itinerarios como los pasos de otros viajeros ilustres que disfrutaron de Roma,
la amaron y dejaron testimonio escrito de sus estancias en ella.
De septiembre a diciembre Reverte recorre calles y plazas,
museos y jardines, restaurantes y cafés y de todo ello deja en el papel
constancia, así como de las emociones y sentimientos que experimenta. Comparte con sus
lectores su mirada sobre un bocadillo de porcheta, un grupo de jóvenes que se
pasean o una escultura de Miguel Ángel y en todos los casos cumple la función
de lazarillo que ayuda a transitar por el mejor lugar posible. La Roma conocida
emerge con complacencia de la memoria y la Roma desconocida susurra al oído de
la lectora sugerentes cantos de sirena para suscitar su interés.
Y los cantos de sirena llevan irremediablemente a Ulises y a
otro libro de Javier Reverte, Corazón de Ulises. No voy a releerlo para hablar
de él. Me basta con el recuerdo de las emociones removidas por su lectura
aunque no pueda recordar el itinerario seguido por el autor. En mi ejemplar
había un mapa del Mediterráneo dibujado a mano alzada con el recorrido
realizado por el viajero y su hijo. La presencia del hijo añade al libro otra
mirada que completa la del hombre adulto que recorre los caminos de aquel
Odiseo que, de la mano de Homero, se empeñó en identificar vida y viaje y que nos
empujó a llegar a Ítaca, cada uno a nuestra Ítaca.
Grecia y Roma. Siempre estarán en nuestro origen y serán una
etapa deseada en nuestro viaje. En nuestra vida.
Un otoño romano. Javier Reverte. Plaza Janés Editores, Barcelona, 2014
Corazón de Ulises. Javier Reverte. Círculo de lectores, 2000; Debolsillo, 2013
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