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"Vivir sin leer es peligroso, porque obliga a conformarse con la vida"
Michel Houellebecq




martes, 3 de septiembre de 2019

Ahora sí, Murakami, ahora sí




Siete cuentos, siete, de la escudería de Haruki Murakami, si se me permite el símil entre taurino y motero. Siete cuentos entre bravos y tiernos que remueven con suavidad las entretelas de la escéptica lectora. Siete cuentos que nos enfrentan a la soledad, ese tremendo lugar por el que tanto cuesta caminar a lo largo de la vida. Aquí quedaría muy bien parafrasear lo de la insoportable levedad del ser, pero vamos a dejarlo en que la vida, las vidas, las más felices también, las felices sin interrupción, si es que existen, siempre caminan por el territorio de la soledad y ese territorio es áspero. Siete cuentos que hablan de la fragilidad de los hombres sin mujeres o, lo que es lo mismo, de la fragilidad del amor, del desamparo en el que queda quien ama y no es amado según espera, o quien fue amado y perdió el favor del amor. Siete cuentos con personajes actuales y atemporales a la vez. Mujeres que observan, que aman, que engañan, que abandonan, que entretienen con historias. Hombres que observan, que aman, que abandonan, que escuchan historias. Y todos ellos fascinados por las mujeres, la mujer, de tal modo que, cuando ellas desaparecen de sus vidas, quedan desnortados, como gallo sin cabeza, que diría mi tía Virtudes



No puedo elegir uno de los siete, aunque es cierto que no todos engatusan de la misma manera. Pero la forma de relacionar el primero y el último me sorprendió y me gustó mucho. Ese hilo sutil que traspasa todas las historias, da unidad al libro y no se intuye hasta el final de la lectura es la prueba de la maestría del autor y garantía de disfrute para sus lectores. Y luego están esa moderna Sherezade y ese Samsa sorprendente.

Esto sí, querido, Mura. Tuya para siempre.



Haruki Murakami
Hombres sin mujeres
Tusquets, 2015

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