¿Valerosas, descaradas? ¡Culottées!

Una persona muy querida (lo sé, tengo muchas que me quieren gratis, es una suerte) me regaló hace poco un libro de Pénélope Bagieu. Ya estoy siendo inexacta. Un álbum. Ahora se dice álbum. Novela ilustrada. Cómic, solo para algunas cosas. Bueno, seguiré con libro. Un libro de una autora francesa que cuenta dibujando o que dibuja contando, en este caso vidas de mujeres que se salieron del papel que se esperaba de ellas. O, como dice en la cubierta, mujeres que solo hacen lo que ellas quieren. En el volumen I hay quince, desde Agnodice, ginecóloga, s.IV a.C., hasta las hermanas Mirabal, Josephine Baker o la emperatriz Wu Zetian.

El regalo vino en francés desde la mismísima Francia, en una primorosa bolsa de papel; sabido es que los franceses son muy buenos vendedores de lo suyo. Y el libro, primoroso y precioso. Azul, tapa dura, dibujos optimistas, sonrientes, aunque algunas de las vidas que cuenta sean no duras, sino muy duras. Se disfruta mucho con la lectura del texto y se disfruta mucho también con el dibujo. Yo sé algo de metáforas y otras hierbas, pero de novelas ilustradas o como quiera que debamos llamarles solo sé disfrutarlas.

En cuanto al título, encontré como traducción descaradas. No me pareció mal, aunque inexacta, eterno problema de la traducción. Pero buscando información sobre el libro y su autora, encontré la traducción española de los dos volúmenes: Valerosas. Tampoco me parece mal, pero también inexacta. O, quizá, cuando digo inexacta quiero decir incompleta, insuficiente.
El caso es que leeré también el volumen dos, cubierta naranja. Tiene el aspecto de ser un libro tan luminoso como el primero.
¡Muchas gracias, Cris!