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CLARA PEETERS - Bodegón con flores, copa de plata dorada, almendras, frutos secos, dulces, panecillos, vino y jarra de peltre, óleo sobre tabla, c.1611. Propiedad del Museo Nacional del Prado |
Voy a ver qué leo
Foto:SVG
Michel Houellebecq
sábado, 18 de octubre de 2025
#lacosapoética/123
lunes, 13 de octubre de 2025
#lacosapoética/122
MARUJA MALLO (1902-1995) Generación del 27 |
sábado, 27 de septiembre de 2025
#lacosapoética/121
QUINO - Mafalda |
lunes, 22 de septiembre de 2025
GRACIAS, ANA FRANK
Cuando aún no se había inventado la adolescencia, porque la adolescencia esta de la que hablamos todos los días es un invento reciente, mi yo adolescente ignorante de serlo leyó El diario de Ana Frank. En mi pueblo de referencia de entonces, capital del concejo, todavía no había biblioteca pública y tampoco librería. Los periódicos llegaban en el tren y los dos repartidores que yo conocí recogían directamente del vagón sus paquetes y se iban a repartir a chigres y domicilios de aquel y otros pueblos, andando o en bicicleta.
Pero había un comercio que aunaba las funciones de mercería y papelería, además de tener un rincón con una silla, una mesa pequeña que albergaba un flexo y un vaso, en el que una mujer cogía puntos a las medias. A veces, en la "sección" de papelería había algún libro a la venta. Podía ser Fabiola, Oliver Twist, Heidi, Miguel Strogoff, o cualquiera de aquellos maravillosos ilustrados de Brugera. También había joyas como Cien mujeres españolas (no lo busquéis, es inencontrable), Trilby, o los amores de Abelardo y Eloísa. Y gracias a ese lugar mágico que juntaba calcetines con lapiceros y gomas de borrar Milan con hilo de repasar los calcetines cuando se agujereaban, una madre interesada en que sus retoños fueran de pueblo pero no ignorantes trajo un día El diario de Ana Frank.
No hará falta decir que me deslumbró y me hizo llorar a partes iguales, ni que no me sorprendió la madurez del pensamiento de Ana ni su ingenuidad al imaginar otra vida, porque aquellos adolescentes ignorantes de serlo nos sentíamos así. Tan perdidos como los de ahora, pero en otro momento histórico que no nos ofrecía la posibilidad de la conciencia de nosotros mismos. Y ahí, en aquella tierra de nadie, descubrí el horror y la injusticia a través del diario de Ana. Y después de llorar su suerte, y de buscar y confrontar en otros libros y en alguna película, después de comprobar la veracidad de aquella historia, me hice antigenocida, sionista, activista contra el antisemitismo, divulgadora del holocausto y hasta me apetecía ir a trabajar a un kibutz. Y, sobre todo, quedé convencida de que la humanidad había aprendido y que aquello nunca se repetiría.
Muchos años después, muchos horrores después que están en la mente de todos y que se sucedieron en todos los continentes, por lo que no voy a nombrar ninguno, no creo que quede mucho de aquella adolescente ingenua y horrorizada. O sí: queda el convencimiento de que no hay que callar ante el horror y la injusticia. No tenemos capacidad para grandes decisiones que paren el genocidio de Gaza, pero creo que podemos decir que lo condenamos y exigimos al resto de países que condenen al gobierno genocida de Israel. Podemos enviar ayuda a los palestinos, firmar peticiones y manifiestos, acudir a manifestaciones; todo es útil. Pero, sobre todo, podemos decir alto y claro que sí, que es un genocidio y que lo condenamos con todas nuestras fuerzas.
Podemos elegir que las palabras no pierdan su sentido.
domingo, 27 de julio de 2025
HIJA DE LA IRA
HIJA DE LA IRA
De Ana Rojas y Pablo Escribano (por riguroso orden alfabético de sus nombres propios, no de sus apellidos paternos, nada de patriarcado por aquí)
Editorial Planeta, 2025
No me he leído ni una, pero que ni una, de las cienes y cienes de reseñas de este libro; ni siquiera la contraportada, que es lo segundo que se lee siempre, después de los elogios publicitarios del fajín.
He querido llegar virgen a la novela, en plan pureta y gafapasta, porque voy a ser muy rigurosa e imparcial en este panfleto, que no quiero que nadie me acuse gratuitamente de amiguismo. Porque sí, soy amiga de la mitad de la firma. Bueno, lo era, que desde que leí el libro siento que voy a incluir a la otra mitad entre mis amistades: Pablo, si consientes, desde hoy quedas incorporado a mi almáciga de amigas.
Soy seguidora de Novelistos en alguna red social, la de los viejos, y lo pasé muy bien con la evolución y el" crecimiento de la obra (mejor crecimiento que gestación, que me quedaría un pareado feo) Al principio me reía porque aquellos vídeos eran una obra literaria en sí mismos, pero un día me dije a mí misma, "conociendo a anarrojas deberías saber que esto va en serio".
Y tan en serio. No sé cómo hicieron para poner en palabras semejante trama a cuatro manos, aunque sí me imagino a las dos cabezas urdiendo tal cantidad de trapacerías. Leí la novela de cuatro tirones, porque la vida no me dio la oportunidad de varias horas seguidas de sofá, pero engancha de tal manera que se puede leer de un tirón. Esa Orianita misteriosa nacida de la ira, que debe su nombre a una bisabuela siciliana y que lleva por compañera la jambiya que su padre tenía preparada para el hijo varón que nunca tuvo. Esa Orianita que se esconde en las Merindades y soluciona sus venganzas zascandileando por Villarcayo y alrededores. Esa Oriana es lo más, ya la hubiera querido para sí el Amadís aquel. Hecha a sí misma en condiciones muy adversas, fuerte y astuta, dulce, débil (odio escribir “vulnerable”) Tiene sus momentos, ¿y qué? Y la mala pécora de Soumía, que no me va a caer bien porque estoy en mi derecho de lectora de tenerle toda la manía del mundo, aunque sea una mala remala muy bien inventada. Y la inspectora Fonfría, que le puede plantar cara a cualquiera de mis favoritos, desde Vila o Chamorro hasta Brunetti o Carvallo, con esa mezcla de fortaleza e inseguridad: ¿pero qué nos pasa a las mujeres, superando ya el primer cuarto del siglo XXI y arrastrando síndromes de impostoras por Villarcayo o por cualquier sitio donde la vida nos ponga?
Los autores y la obra en una imagen tomada del Diario de Burgos |
Y no sólo de muy buenos personajes femeninos vive la novela, no, que los masculinos también están muy bien creados. Todos son personajes complejos, ellas y ellos. Como si los novelistos estos, además de ser muy leídos, tuvieran en su día a día mucho trato humano con adolescentes de muchas edades y condiciones y con adultos mejor o peor tratados por la vida que tiran de ella como pueden o como los dejan. Y para la cosa de la delincuencia espero que no hayan experimentado personalmente, confío en su capacidad de documentación. Y en las novelas y el cine y el cómic y la música, que todo se filtra en esta novela. Desde el título (alégrate, Dámasoalonso, mira qué útil sigues siendo) o los nombres, Oriana, Licaón, Tabanito, hasta esa vida extraordinaria de la prota en el ejército, en oriente o en Riga (¿estabais pensando en Wallander cuando lo de Riga, por cierto?)
Qué bien lo pasé, cómo disfruté leyendo la novela. Y cómo me prestaba pensar “esto lo hizo Ana” (perdóname, Pablo), “tengo una amiga escritora de las de verdad”.
¿Que dije qué del amiguismo? Dije que no quería que nadie me acusara de practicarlo gratuitamente, no que no lo fuera a practicar a conciencia. Con lo orgullosa que estoy de mi amiga escritora, lo que presumo por ahí, y lo cara que me sale, que ya regalé el libro tres veces.
Enhorabuena, Novelistos, Pablo, Ana. Quedo a la espera de la siguiente. Vaaale, tomaos un respiro, descansad un poco, pero no nos tengáis mucho tiempo en el sinvivir, porfa.
sábado, 28 de junio de 2025
IR Y QUEDARSE Y CON QUEDAR PARTIRSE
domingo, 22 de junio de 2025
#lacosapoética/120
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EDUARDO ÚRCULO - El viajero (Oviedo) |
domingo, 25 de mayo de 2025
#lacosapoética/119
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VELÁZQUEZ - Los borrachos o El triunfo de Baco (1628-1629) Museo del Prado (Madrid) |
domingo, 18 de mayo de 2025
#lacosapoética/118
domingo, 11 de mayo de 2025
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COURBET - Mar de otoño (1867) Museo de Arte O'Hara (Japón) |
domingo, 4 de mayo de 2025
#lacosapoética/116
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BALTASAR LOBO - Maternidad |
domingo, 27 de abril de 2025
#lacosapoética/115
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EL GRECO - Lás lágrimas de San Pedro Museo del Greco, Toledo |
sábado, 12 de abril de 2025
#lacosapoética/114
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VIRGEN DE LA MOSCA. (Fragmento) Anónimo flamenco (1520-1525) Sacristía-Museo de la Colegiata de Santa María la Mayor de Toro (Zamora) |
domingo, 6 de abril de 2025
#lacosapoética/113
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Jardín de Christian Dior en Granville, Normandía (Francia) Pérgola y parterre Museo y jardín de Christian Dior |
sábado, 29 de marzo de 2025
#lacosapoética/112
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EDVARD MUNCH - El beso junto a la ventana, 1892 Museo Munch Oslo. Foto vía Wikimedia Commons |